Hoy os voy a hablar de un agradable paseo, que, aunque a buen ritmo, me llevó poco más de media hora, con paradas para fotografiar incluidas. En un momento de tranquilidad en que, junto al Ibón de Baños, los mayores optaban por la siesta, aproveché para realizar este corto recorrido del que ya había leído alguna reseña. Como los peques estaban entusiasmados viendo a una pareja pescando truchas, ni se me ocurrió proponérselo, así que cogí mí cámara y salí a estirar las piernas.
Aunque fuera solo, la verdad es que es una excursión muy recomendable para hacer con peques, ya que es muy cortita y el terreno por el que transcurre es precioso y con unas vistas fantásticas, sin perder de vista nunca el Balneario.
Para realizar la excursión tomé el camino que asciende hacia los Ibones de Brazato, que después de una breve (aunque intensa) subida, abandonaremos para enlazar con la senda que baja de los Ibones de Bachimaña.
Al fondo, siempre presentes, el Argualas y el Garmo Negro.
El refugio Casa de Piedra, entre los árboles.
En este punto, abandonamos la senda a los Ibones de Brazato para enlazar con la de Bachimaña e Ibones azules.
A nuestros pies, en todo momento, el Balneario de Panticosa con su ibón.
Aproximadamente a mitad de la ruta, hay un pequeño desvío que nos conduce al Mirador de la Cascada del Pino.
Otra vista del Balneario.
Aquí encontramos una nueva indicación para ascender a Bachimaña: o bien por el GR11 o bien por el Camino Machos. Nosotros debemos dirigirnos hacia el GR11.
Llegamos al río Caldares, donde se enlaza con la senda que sube a Bachimaña. Nosotros la tomamos en dirección descendente, camino del Balneario.
La senda desemboca en el balneario junto al Refugio Casa de Piedra.
Termino mi paseo donde lo comencé, en el Ibon de Baños, donde la siesta continúa.
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