Vuelta al Pico Astún

Fecha de la actividad: 29 de julio de 2020

Esta corta excursión la realizamos el pasado 29 de julio, durante una sofocante semana de calor en todo el país de la que el Pirineo tampoco se escapó. La suerte se alió con nosotros y pudimos gozar de una mañana cargada de nubes en la zona de la divisoria que nos permitió disfrutar de una magnífica mañana de montaña en familia.

La estación de esquí de Astún mantiene abierto en verano el telesilla que sube hasta el ibón de Truchas, y en su web recomienda la excursión por los lagos que encontramos tras cruzar a Francia por el Collado de Monjes. Nosotros, en previsión de aglomeraciones, nos presentamos a primera hora (a las 9:30 sale el primer telesilla, quizá algo tarde, pero es lo que hay si no quieres subir a pie desde el aparcamiento de Astún, lo que tampoco sería ninguna tragedia). 

Una vez realizado el trayecto en telesilla, nos esperan las típicas instalaciones de estación de esquí (estación superior del telesilla, bar con terraza con vistas, múltiples pistas...)

La ruta presenta un desnivel mínimo, y se inicia por una pista que une la estación superior del telesilla en el Ibón de las Truchas, con el ibón de Escalar, cabecera del Río Aragón. La pista que pierde algo de cota hasta Escalar, mantiene unas magníficas vistas hacia el sur, donde nos acompaña la silueta de las montañas de los Valles Occidentales aragoneses, como el Aspe y, más hacia el este, el Bisaurín.

En menos de media hora se llega al Ibón de Escalar, donde desaparece la pista y empezamos una fuerte pero corta ascensión hacia la derecha, que nos lleva hasta el collado de los Monjes.

Ibón de Escalar

Subida hacia el Collado de Monjes

Al cruzar llegar al Collado de Monjes, cruzamos un vallado para ganado (la zona está llena de vacas y caballos) que sirve de frontera. La cartelería francesa, junto a la muga fronteriza nos recuerda que estamos en el Parque Nacional de los Pirineos y nos detalla toda la normativa que debemos seguir en el parque.

Muga del Collado de Monjes

Una vez llegados aquí, se abre ante nuestros ojos un panorama impresionante. La vista, hacia levante, nos descubre en el centro el imponente Midi d'Ossau que domina la escena y atrae todas las miradas. Pero el observador paciente que conozca algo de estos lares, podrá ir descubriendo, algo más lejos, los magníficos macizos del Balaitous, Infiernos, Garmo Negro, etc. El panorama es de los que quitan el aliento. Un magnífico panorama que, realmente resulta barato al caminante: 10 minutos de telesilla y menos de una hora de paseo nos brindan un premio excesivo para el esfuerzo realizado. Razón suficiente para que pronto el lugar se llenara de gente.

Aunque nos planteamos seguir a visitar los lagos de la parte francesa, que van rodeando la mole del Ossau, la cantidad de gente que se dirige hacia ellos (es la excursión que promociona la estación de esquí), decidimos rodear el Pico Astún por la vertiente francesa en una excursión cómoda que nos llevará de nuevo hasta el ibón de Truchas, lugar en el que nos dejó el telesilla, cerrando así el círculo y evitar tener que deshacer camino andado.

El Midi d'Ossau

El Balaitous (10 días antes lo había subido, menuda ilusión me hizo volver a verlo) y las Frondellas

Picos del Infierno, Garmo Negro, Argualas

La senda, que en su salida desde el collado de Monjes está poco marcada y por momento es algo difusa, poco a poco se va haciendo más clara y no presenta ninguna dificultad hasta el Collado de Astún, en el que volveremos a cruzar la frontera. Aunque en ese tramo hace acto de presencia el sol, el poco desnivel y la temperatura no excesivamente alta, hacen que el paseo sea bastante agradable.

Las magníficas vistas no nos abandonan ni un momento.

Collado de Astún, con los carteles informativos del Parque Nacional de los Pirineos. Volvemos a entrar en España.

Al fondo ya se ve el ibón de Truchas y las instalaciones del telesilla

En los últimos momentos, descubro con sorpresa el Castillo de Acher, preciosa montaña situada en el Valle de Hecho

Ibón de Truchas, fin del trayecto.

En resumen, se trata de un paseo muy agradable, en el que podemos adaptar esfuerzos (telesilla sí o no) y evitar las muchedumbres no siendo perezosos con el horario y evitando la ruta más transitada de los lagos, todo ello aderezado con unas magníficas vistas durante todo el paseo. (Y digo paseo, porque mi peque no se quejó ni una sola vez. Todo un logro).

Me quedé con las ganas de intentar subir al pico Monjes (o Pic des Moines, como lo llaman los franceses), junto al collado de Monjes, aunque mi propuesta no gozó de una respuesta entusiasta, por lo que lo dejé para mejor ocasión.

Nos vemos en las montañas.