Páginas

viernes, 28 de agosto de 2020

Mallada del Llop por el Barranc de la Canal

Fecha de la Actividad: 20-08-2020 

La Serrella es una de mis sierras preferidas y hacía tiempo que no me acercaba. Nunca había visto ni estado en el Barranc de la Canal y hacía tiempo que me apetecía conocerlo, y la verdad es que no me defraudó.

Mucha gente conoce la Serrella como el Pirineo de Alicante, posiblemente debido a su agreste morfología y perfiles. Y reconozco que en alguna ocasión así me lo ha parecido. Pero soy poco amigo de comparaciones de este tipo. Y es que, en esta ocasión fui consciente de lo profundamente mediterránea que es esta montaña. Y lo digo con todo el valor que tiene para mí el concepto de montaña mediterránea. No me gusta cuando se mira y comenta con envidia las montañas de otros lugares, montañas más grandes, verdes o frías. Montañas que yo también admiro, aprecio y deseo cuando estoy lejos de ellas. Pero estas montañas, las de casa, suponen un tesoro por descubrir que a cualquier foráneo enamoraría y muchas veces, por cercanas, algunos ignoran o menosprecian. La calidad de algunos de sus paisajes, la cercana presencia del mar, y los restos de antiguas y milenarias actividades agrícolas y ganaderas así como la presencia de los blancos pueblos que las escoltan, hacen que siempre valga la pena una visita.


La ruta describe un itinerario circular con inicio y fin en Famorca en la falda norte de la Mallada del Llop, cogiendo el camino que surge a la izquierda del lavadero. La amplia pista, que en un primer momento asciende decididamente hacia el sur, siempre mirando hacia Serrella, pronto rompe a la izquierda para rodear toda la ladera norte de esta parte de la sierra en dirección a levante para buscar un collado que separa esta parte de la montaña del Barranc de la Canal, en la vertiente este de la montaña, y por el que accederemos a la misma.

Vistas de la Serrella desde la pista que sale de Famorca.


En el punto en que la pista rompe a la izquierda, una flecha blanca nos indica el camino hacia el Pou del Noguer, por donde hemos subido otras veces, y que hoy me servirá de bajada.

La pista, conocida como el camí de la Rabosa, va bordeando la sierra manteniendo la cota hasta llegar a una antigua zona abancalada, donde se convierte en sendero que por momentos se difumina, aunque no presenta dificultades de orientación, ya que continuamente va reapareciendo.

Antiguos bancales

La Sierra de Alfaro. A la izquierda la mancha blanca de Famorca

Famorca

La senda va superando durante su recorrido, siempre hacia el sudeste, varios barrancos que nos van abriendo diferentes vistas del valle. Pronto veremos la cercana población de Castell de Castells y la preciosa silueta de la sierra de la Xortà. 
Pese a ser agosto, la mañana ha aparecido cubierta y la temperatura es muy agradable y el sol, de cara, no molesta en absoluto.




La Xortá aparece ante nuestros ojos


Castell de Castells


La Xortà

Últimos metros antes de cambiar de vertiente y ver La Canal


Barranco y Castell de Castells, al norte


Por fin nos asomamos a la otra vertiente y vemos las paredes del Barranc de la Canal. En segundo plano, la Sierra de Aitana.

El cambio de vertiente es uno de esos momentos que responden a la pregunta de por qué ir a la montaña. Las paredes del barranco, al frente, el abanico de montañas que se nos abre al sur, capitaneados por la Aitana, y la presencia del mar por el este, con la visión de la costa de Altea, l'Albir y la Serra Gelada, unidos al incesante sonido de los cencerros de un rebaño de ovejas que ocupa todo el fondo del barranco, crean un contraste y una sensación únicas. Rodeado de ovejas, peñas, romero y el graznido insistente de una bandada de cuervos, la sensación es de un viaje al pasado, a un mundo rural hoy casi desaparecido, a la auténtica esencia del campo y los montes mediterráneos.


Embalse de Guadalest. Al fondo, Serra Gelada i l'Albir


Apenas se aprecia, pero vemos Altea.

Tras bajar al fondo del barranco, lo remontamos hacia poniente, directos hacia la Mallada del Llop, siempre rodeados de preciosas paredes calizas.

Vista atrás, barranco abajo, hacia Xortà



Globularia, coronilla de rey (saullà)







Mondúver, sobre la costa norte de La Safor, muy cerca de Gandía


Lavanda o espliego (espígol)


Montgó, entre Dénia y Jávea

Tras ganar el punto más alto del barranco, se nos abre una pedregosa ladera a la izquierda, sin una senda definida, que nos conducirá a la cumbre de la Mallada del Llop, una de las mayores alturas de Serrella, la más oriental de ellas. desde allí el panorama es inmenso.

Xortà y Bernia


Valle de Guadalest y Sierra de Aitana


La Serrella, con las cumbres del Pla de la Casa i Recingle Alt


Benicadell



Autofoto en la cumbre (la cámara está apoyada en el vértice)

Montcabrer


Puig Campana

Desde la cumbre, debemos deshacer el camino hasta la cabecera del barranco. Desde allí descendemos hacia la Font del Noguer, no sin antes pasar junto al Pou del Noguer, un antiguo pozo de nieve, recuerdo de un comercio ya desaparecido.


Descenso hacia la Font del Noguer. Al fondo vemos Fageca.

Pou del Noguer


Desde la Font del Noguer, el descenso hacia Famorca es muy directo y rápido.

Una mirada hacia atrás. La Mallada del Llop queda oculta a la derecha, tras el pino.

Famorca, entre Serrella y Alfaro


Famorca



Aquí se puede ver el camino por el que hemos llegado, el mismo por el que salimos por la mañana.


No era la primera vez que subía a la Mallada del Llop aunque nunca por la Canal. Y en esta ocasión ha supuesto una satisfacción descubrir rincones tan cercanos aún desconocidos, y la sensación de que tan cerca de casa nos queda muchísimo por descubrir.

Nos vemos en las montañas.






No hay comentarios:

Publicar un comentario