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domingo, 9 de septiembre de 2018

Nacedero del Urederra


Fecha de la activiad: 17 de agosto de 2017

En el occidente navarro, cerca de la ciudad de Estella-Lizarra, encontramos la Sierra de Urbasa. En Baquedano, localidad situada a unos 15 kilómetros de Estella, hay habilitado un aparcamiento para visitantes (4'50€), en que podemos encontrar la caseta de información donde nos explicarán la excursión y nos harán entrega de un mapa de la zona.



El nacedero del río Urederra (agua bonita, en euskera) es un paraje declarado reserva natural desde 1987. Para facilitar la conservación del lugar, la visita está restringida a 450 personas por día, por lo que hay un servicio de reserva previa desde la web nacederourederra.com.

La señalización es clarísima durante todo el recorrido.

Reflexión personal: la limitación de acceso no se percibe como una prohibición, en pleno agosto no tuvimos ningún problema para reservar en la fecha que teníamos planeada reservando algunos días antes. Aún así, el lugar no escapa a esa sensación de lugar turístico que, sin llegar al agobio de otros lugares, dista mucho de gozar de la tranquilidad que un lugar así merece. Al tratarse de una ruta en la que ida y vuelta coinciden en algunos tramos, en ocasiones se organizan buenos atascos entre los que suben y los que bajan, especialmente en algunos tramos en los que la humedad hace resbaladizas las rocas del camino y los indecisos con chancletas tienen dificultades para pasar.

Muy prono encontramos este panel informativo. Nuestro camino, a la izquierda. Por el otro regresaremos al final de la jornada.

Ya desde el coche, se adivina el anfiteatro rocoso al que llegaremos al final de nuestro recorrido desde el que surge el salto de agua que da lugar al río Urederra. Nos esperan unos 6 kilómetros de recorrido entre ida y vuelta, y unos 250 metros de desnivel, la mayor de los cuales se concentran al final del camino de ida.

El camino pronto entra en el bosque.

El recorrido, perfecto para realizar en familia, atraviesa un hermoso hayedo siguiendo el curso del río el cual, a medida que nos acercamos a él, nos sorprende con increíbles pozas de intenso azul turquesa que contrastan con la oscuridad de los verdes y marrones del hayedo.

Vistas hacia el valle desde un claro antes de entrar en la profundidad del hayedo

El camino de ida va buscando el río que, ya no abandonará hasta el final del recorrido. En cambio, parte del camino de vuelta transcurre por una pista más o menos paralela al recorrido anterior que evita el tráfico de gente y que hace más rápida y cómoda la vuelta.

Entramos en el hayedo

 Aunque el paseo es agradable, la inevitable cuesta acaba apareciendo

 Como por arte de magia, aparece la primera poza.

 Azules que hipnotizan hasta al más inquieto


 Las pozas se suceden una tras otra...

 ... y el río baja alegre entre las rocas reverdecidas por el musgo

Avistamos una pequeña playa...

 ...que no podemos evitar visitar. ¡Papá, hay truchas!

 Lugares que inspiraron leyendas desde antiguo...

...historias de lamias, iratxos, el basajaún...

A medida que nos acercamos al nacedero, aumenta la pendiente y la humedad de las rocas exige mucha atención.

 Aunque algunos tramos están arreglados y es más fácil el tránsito.

Al final del camino, la cascada del nacedero, la cuna del Urederra.

En resumen, un paseo muy agradable, para toda la familia (también venía el abuelo), en un paraje encantador, inspirador, espectacular... con los inconvenientes de los que viajamos en agosto. En fin, podría quejarme de la gente que hay pero, ¿acaso no formo yo también parte de ello?

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