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domingo, 3 de enero de 2016

Taillón desde Bujaruelo

FECHA DE LA ACTIVIDAD: 6 Y 7 DE DICIEMBRE DE 2015

El tiempo es algo escaso en ocasiones y difícil de distribuir. El tiempo para el trabajo, para la familia, para la montaña, para leer, para escribir, para fotografiar, para los amigos... obliga a priorizar y dejar de lado algunas cosas.

El pasado mes de diciembre se presentó una oportunidad. Una oportunidad de recuperar sensaciones. La sensación del frío en la cara, el mordisco de los crampones sobre la nieve, las largas laderas nevadas, los collados, los refugios. Tras bastante tiempo corriendo por el monte, llegaba el momento de recuperar la pausa, la fotografía bien pensada y preparada, el silencio, los 3.000 metros, el viento en las aristas... así como el monótono sonido del infiernillo deshaciendo nieve para beber y cocinar.
Torla, frente a la entrada del Valle de Ordesa


En fin, un reencuentro con las montañas, de forma tranquila, sencilla, sin dificultades reseñables y desniveles y tiempos que nos permitieran disfrutar, disfrutar y disfrutar.

Así que el 5 de diciembre nos presentamos en Torla para, al día siguiente subir al refugio de Sarradets desde Bujaruelo. El lunes 7 a la Brecha de Roland, Taillón y de nuevo descenso a Bujaruelo. Un reencuentro con la montaña al ritmo de la montaña. Nada más que pedir.




Se inicia la ruta desde el Puente románico de Bujaruelo...

... por un sendero en zona boscosa, que gana desnivel muy rápidamente.

Pero, en cuanto desaparece el bosque nos encontramos con la nieve. A pesar de la poca que hay, en el valle de Bujaruelo se conserva bastante, por lo que, una vez puestos los crampones, no nos los quitaremos en dos días.

Una mirada hacia atrás, el sol baña la sierra de Tendenera.

En la cabaña de eléctricas, podemos ver los Gabietos, primeras cumbres de más de 3.000 metros que se nos descubren.

Otra mirada atrás de la subida por el valle de Bujaruelo.

En el collado de Bujaruelo, nos asomamos a Francia. Estamos en la parte alta de Gavarnie.

La cara norte del Taillón. No, por ahí no subiremos (quizá algún día).

El mar de montañas que se nos descubre hacia el norte es sobrecogedor.

La ascensión hacia el Col de Sarradets no es muy larga, pero sus pendientes y la nieve blanda la endurecen mucho.

Espectacular vista del Vignemale.


Llegamos al Col de Sarradets y nos topamos con este espectáculo: el Circo de Gavarnie. Ya estamos muy cerca del refugio de Sarradets.

Sobre los espectaculares pliegues del Circo, de izquierda a derecha vemos el Astazú Occidental, el Márbore, los tres Picos de la Cascada y la Torre

Por fin en la terraza del refugio, al que debemos acceder por una ventana, ya que en esta época no está guardado, aunque permanece abierta una parte libre con 30 plazas para dormir.

A pesar del frío que hace en el refugio, y de la incomodidad de salir por la ventana para recoger nieve para deshacer o para hacer las necesidades de cada uno, es un lujazo encontrarse con este refugio a 2.600 metros de altitud y con estas vistas por las ventanas.
Aquí la Brecha de Roland. 

Aquí, el Márbore y los picos de la Cascada.

El lunes 7, hacia las 8:15 de la mañana abandonamos el refugio hacia el Taillón. Miramos atrás y vemos el refugio y, sobre él, el Pic de Sarradets. No puedo dejar de mirar ese corredor que accede a la cumbre prácticamente desde el refugio. Lo apuntaremos en la agenda de proyectos. Me parece una preciosidad.

En apenas 45 minutos llegamos a la Brecha de Roland. No hay fotos que hagan justicia a lo que allí se puede ver y sentir, al descomunal tamaño de sus paredes, a lo pequeños que somos ante tamaño espectáculo de la naturaleza.

Panorámica desde la brecha hacia el Sur. A nuestros pies, Ordesa, Al fondo, muchos kilómetros al sur, se recorta la silueta del Moncayo, cumbre de la Ibérica, en Zaragoza.

Panorámica desde la brecha hacia el Norte.

Descendiendo hacia el sur, para rodear la Punta Bazillac, aquí hay menos nieve y nos toca "guarrear" con los crampones sobre la roca. Al fondo, el Casco. 
Foto de Jorge Royo.

Camino de la Falsa Brecha. La nieve está estupenda.

Superada la Falsa Brecha y su dedo (del que no hicimos fotos, ya que el paso requería de toda nuestra atención), una ancha, fácil y bonita arista nos conduce hacia la pirámide de la cumbre. El Taillón está muy venteado y aparece con poca nieve.


Vista atrás, a la izquierda aparece el Dedo de la Falsa brecha. Abajo a la derecha, la Punta Tobacor, que domina la cabecera del Valle de Ordesa.

En la montaña, el azul del cielo es intensísimo.

Llegando a la cumbre.


Cima del Taillón: 3.144 m. El viento nos obliga a arrodillarnos, pues está a punto de tirarnos varias veces. Aún así, conseguimos ponernos en pie.

Yo, disfrutando de esta cumbre. 

Panorámica de 360º. El día es espectacular.

De nuevo, el Vignemale. ¡Me encanta esa montaña!

Vista de la arista fronteriza por la que hemos subido. En la sombra, Francia, con el circo de Gavarnié, en el sol, España, y tapado por las nubes, en el centro, un viejo amigo, el gigante del Valle de Ordesa, el Monte Perdido, con sus 3.355 metros de altitud. Al fondo a la derecha, entre el mar de nubes, surge como una isla la Peña Montañesa, preciosa cumbre que domina la localidad de Aínsa.

Tras volver al refugio de Sarradets y comer algo, nos despedimos de él.  

Y deshaciendo el camino del día anterior, nos dirigimos al Puerto de Bujaruelo, por el que están entrando bastantes nubes.

De nuevo en el valle de Bujaruelo, nos toca mirarnos los pies para no perder la huella, ya que la visibilidad es muy poca.

Finalmente, dejamos atrás la niebla para hundirnos en el valle hasta llegar a San Nicolás de Bujaruelo donde tenemos el coche.

Esta noche habrá celebración en Torla: carnes a la brasa regadas con buen vino del Somontano. Espectacular final para dos días fantásticos de montaña.


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