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domingo, 3 de noviembre de 2013

Font Roja por la senda de El Cremat. Senderos desconocidos de El Carrascal.

FECHA DE LA ACTIVIDAD: 03-11-2013
COMPONENTES: JAVI PEREDA
DESNIVEL:  750 m.

Hay días en los que el cuerpo te pide monte, de forma serena, sin prisas ni agobios. También te pide salir desde casa para volver a ella sin necesidad de coche. Apetece salir solo, con la cámara de fotos, con libertad para detenerte ante cada detalle que te apetece sin que nadie te espere o meta prisa. Asímismo es un fantástico ejercicio de desconexión, para estar con uno mismo, para desconectar, para que la única preocupación existente sea el camino, el disfrute, el hallazgo de la senda nueva y desconocida que nos lleva a familiares parajes y cumbres.
Y eso es lo que hice. La senda de El Cremat es una senda vieja, largamente utilizada en el pasado pero actualmente muy poco frecuentada. Nunca la había recorrido así que... allá fui. Desde casa fui recorriendo las calles para dirigirme al barrio de Batoy.
En la foto, el puente de Fernando Reig, que salva el barranco del Riquer.



Llegados a Batoy, como todos los domingos, nos encontramos con su animadísimo mercado. A estas horas aún están montando los puestos.
Dejamos atrás el mercado y nos adentramos en la vía verde, antiguo trazado ferroviario que debión unir Alcoy con Agost y Alicante, pero que nunca llegó a funcionar. En seguida, tomamos un desvío a la izquierda que nos conduce al Racó de Sant Bonaventura.


De camino, pasamos bajo el espectacular puente de Las Siete Lunas
La Font Roja, allá vamos.

Racó de Sant Bonaventura. Ahora empezaremos a subir.

El ruinoso castillo de Barxell, a la izquierda, y el Montcabrer, a la derecha, nos acompañan en el corto tramo de asfalto que hacemos por la Carretera de les Llacunes. Aquí, buscamos las marcas rojas y blancas del GR 7 que nos conducen hacia el Carrascal.

Una vez hemos cogido el GR, en apenas 300 metros lo abandonamos. Buscamos la senda de El Cremat, lejos de las aglomeraciones del parque.

Las vistas hacia el carrascal son magníficas.

Cuando dejo la pista me encuentro con una senda bastante abandonada. En las fotos se puede ver cómo la vegetación la ha invadido y se hace difícil transitar por ella. En algunos puntos me pregunto si no me habré equivocado, pero finalmente aparezco en la Font del Rossinyol, muy cercana al Santuario de la Font Roja.

Esto me hace plantearme el uso que se le da y se le ha dado a estas sendas hoy en desuso. Cierto es que, en un Parque Natural con la afluencia de visitantes que tiene este, no es muy recomendable dirigir a las masas hacia ciertos parajes. Pero por otra parte es una lástima dejar perder senderos tradicionales (nada de abrir nuevos caminos, ¿eh?) con recorridos de gran belleza como éste. Pero, en fin, espero que nadie me eche la bronca por esto que digo, sólo es una opinión.

Dejamos atrás el Santuario de la Font Roja tras rellenar la cantimplora de sus frescas aguas y nos dirigimos, desde el Pla de la Mina, hacia la cumbre del Menejador. Lo de senderos desconocidos del título, aquí ya se ha acabado.



Las inmediaciones de la cumbre, repletas de gente, como es habitual aquí.

Tan repletas de gente están que me encuentro esta curiosa indicación. ¿Cual es el aforo de una montaña? Estuve buscando a un guardia de seguridad que controlara el acceso pero no encontré a ninguno. Curioso, ¿no?

Por fin llego a la cumbre.
La Penya Migjorn, el Maigmó, el mar...

...Aitana, Serrella, Serreta, Serra Grossa, Alcoy...

En lugar de volver sobre mis pasos decido seguir la cresta del Menejador en dirección a la ermita de Sant Antoni, para conseguir así un recorrido circular.

Colmenas

La senda se descuelga hacia la solana del Carrascal, en la vertiente de Ibi.

Al fondo, la Aitana, techo de Alicante.

La siempre espectacular e imponente Serrella.

Por fin llego a la ermita de Sant Antoni, cuya zona recreativa estaba absolutamente abarrotada de familias para comer, lo que por otra parte no es extraño, ya que muchos alcoyanos eligen este lugar para pasar las mañanas de domingo en familia y con amigos.

Finalmente diviso el polideportivo, ya cerca de mi casa, lo que dará fin a mi excursión mañanera.

Una excelente desconexión, que me llevó algo más de 5 horas y media... ¡desde la puerta de mi casa hasta la puerta de mi casa! ¿No os parece un lujo?



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