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domingo, 17 de diciembre de 2017

Tresmiles Orientales de Sierra Nevada (II): Picón de Jeres

FECHA DE LA ACTIVIDAD: Viernes, 8 de diciembre de 2017
COMPONENTES DEL GRUPO: Iván Vaello y Javi Pereda

Camino de la Piedra de los Ladrones tras coronar el Picón de Jeres

Tras la actividad del día anterior (aquí la entrada del jueves) decidimos subir al Picón de Jeres por el Barranco del Alhorí, y visitar su magnífico circo. La duda estaba en cómo entrar al barranco:
accediendo al río desde la pista que parte al final del cortafuegos o desde la senda que, desde la Loma de Enmedio, conecta directamente con la puerta del Alhorí, bastantes metros más arriba. La presencia de chorreras heladas nos hace dudar sobre la ruta a elegir y, tras escuchar varias opiniones decidimos entrar al río desde abajo, confiando encontrar menos dificultades. La verdad es que encontramos más hielo del esperado y el acceso a la Puerta del Alhorí estuvo... "divertida".

Dentro del círculo se pueden ver algunas de las chorreras congeladas, inevitables para la ascensión. La superior derecha fue la que más dificultades nos causó, hasta que encontramos un franqueo más estrecho que nos permitió superarla.

Llegados al río, nos alcanza Quique, un compañero de Murcia con quien compartimos habitación y que se unió a nosotros. La verdad es que sin su experiencia no hubiéramos sido capaces de atravesar el laberinto de hielo. Debo confesar que en algunos momentos pasé bastante miedo, pero bueno, la adrenalina agudiza los sentidos y finalmente lo pudimos superar.



 Foto Iván

 Foto Iván

 Foto Iván

Foto Iván


Finalmente superamos la Puerta del Alhori, se abre el barranco y la pendiente se suaviza, lo que reduce la tensión. Pronto saldremos al sol.


Llegamos al nacimiento del Alhori, en la base del circo del mismo nombre. Es hora de comer algo.
 En la pared se dinstinguen los canutos Central e Izquierdo del Alhorí

Un nutrido grupo de montañeros se dirige al cono de deyección del corredor central.

 Nosotros preferimos romper a la derecha, hacia la pala que nos conducirá al Picón de Jeres. La pala es larga, interminable, y la tensión que hemos pasado con el hielo, empieza a pasar factura a las piernas. Pero visto, lo visto, lo mejor es salir por arriba.

La pendiente aumenta y nos obliga a subir en zig zag.

Desde la cima de la loma se aprecia la pendiente subida (Foto Iván)

 Autorretrato

Cumbre del Picón de Jeres (3.090m)

Aunque no se trate de una cima, propiamente dicha, la ascensión a esta cota cuenta con muchos ingredientes para disfrutar de la Alta Montaña. Estamos disfrutando muchísimo mas de lo que esperábamos. 

Como es un poco tarde, toca dirigirse hacia la Piedra de los Ladrones, para descender al refugio por la loma de Enmedio, tal y como hicimos ayer.

Durante toda la jornada, la conversación con Quique es fantástica. Con mucha experiencia y gran conocedor de Sierra Nevada, su pasión nos enciende las ganas de volver para conocer mejor la sierra, que, bien visto, no está tan lejos de casa. ¡Seguro que volvemos a vernos!

Poco a poco, notamos que el tiempo está cambiando y el viento empieza a traer nubes hacia las cumbres. El Picón, que habíamos hollado apenas una hora antes, aparece cubierto.

Durante el descenso, apreciamos la pirámide perfecta de La Sagra

Paramos a comer en la Piedra de los Ladrones, donde hace bastante viento. Ya vemos el refugio. Sólo nos queda descender unos 1.050 metros hasta el mismo. En menos de dos horas estaremos frente al fuego.

El viento en altura provoca fantásticas formaciones nubosas sobre el Cerro Pelao (a la derecha)

Echando la vista atrás, Iván señala al Picón y la pala de nieve por la que hemos ascendido hace un rato.

Descenso por la Loma de Enmedio (Foto Iván) 

Los auténticos habitantes de la Sierra.

Refugio Postero Alto

Tras ocho horas y media de intensa actividad, la llegada al refugio es un alivio para nuestras piernas y pies. Aún así detecto que Iván se gira constantemente hacia la montaña. Se despide, pero sólo hasta la próxima.

Después de dos días intensos, el descanso junto al fuego, una cerveza y la conversación con el resto de compañeros, ponen el broche final a un viaje que, no solo no ha podido colmar nuestras ganas de montaña, sino que nos las ha aumentado de una forma brutal. ¡Ya queremos volver!

¡Hasta pronto!

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