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miércoles, 10 de noviembre de 2010

SIN RASTRO DEL PERDIGUERO

El día 13 del pasado agosto decidimos acercarnos a Benasque con la intención de hacer un par de actividades: Ascender los Crabioules y subir el Perdiguero para después completar la cresta de Lliterola hasta el Collado Inferior de Lliterola. El grupo lo formamos Alberto, Nacho y un servidor.

Así que llegamos a Benasque...
...y a las 8 de la tarde iniciamos nuestro camino
por el Bal de Lliterola.





Podemos ver al otro lado del valle los Baños de Benasque.
Y acampamos cerca de la cabaña del Forcallo, cuando los pilla la noche.


Al fondo, la cabaña de Forcallo, la mañana del sábado.
Y nos dirigimos hacia el ibón Blanco de Lliterola.


Recortando silueta...


El Tío la Vara


Por este ibón no deberíamos pasar (Ibonet de Lliterola). Algo ha fallado.
Toca dar un rodeo.
hasta que volvemos a encontrarlos mojones.
Por fin, el Ibón Blanco de Lliterola, en el fondo del Circo de Lliterola.
Plantamos la tienda...
...y partimos hacia los Crabioules.
Aunque no siempre logramos verlos.


El pequeño Ibón Blanco presenta un aspecto espectacular.


Una vez superado el Col Inferior de Lliterola ascendemos por un pedregal hacia los Crabioules, ya en Francia.
Y nos colamos en una chimenea de la que mejor salir pitando.
Así que volvemos atrás, pues ya es muy tarde. A la derecha se ve la Aguja Inferior de Lliterola, última cumbre del recorrido del día siguiente.


A orillas del Ibón Blanco.


Preparación de la cena en la tienda. ¿No parece el campo 3 del K-2?
El Domingo nos envuelve la niebla por lo que decidimos bajar por Remuñe.
Nos cuesta dar con el Portal de Remuñe a causa de la niebla.
Remuñe
El Pico de Remuñe.
Una mirada atrás durante el descenso.


Y por fin encontramos un lugar idílico para acampar...
...y disfrutar de lujos orientales.


El lunes amanece raso... y helado.
Y a menudo que nos acercamos al valle, aparece ante nosotros el Pico del Alba y su cresta de los Quince Gendarmes.
Otra mirada atrás, aún vemos el Portal de Remuñe.




De vuelta a la carretera...
...y el mayor de los placeres.
Y aunque finalmente no ascendimos a ninguna cumbre, nos fuimos contentos por la experiencia y el bagaje: dos valles que no conocíamos (Lliterola y Remuñe) y, sobre todo, tres días magníficos de monte compartidos con amigos.

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